Inger Weijnitz Pastel y Acuarela
En el pastel ha encontrado Inger Weijnitz, la técnica ideal para desarrollar su obra, sin que ello signifique que en la acuarela no haga, ocasionalmente, acto de presencia. Pero es en el pastel el medio en que más cómoda se halla.
About Me
- Name: Inger Weijnitz Wahlberg
- Location: Vilassar de Mar, Barcelona
Wednesday, March 29, 2006
Tuesday, March 28, 2006
Monday, March 27, 2006
Friday, March 24, 2006
Thursday, March 23, 2006
Wednesday, March 22, 2006
Tuesday, March 21, 2006
Sunday, March 19, 2006
Thursday, March 16, 2006
Wednesday, March 15, 2006
Tuesday, March 14, 2006
Sunday, March 12, 2006
Friday, March 10, 2006
Thursday, March 09, 2006
Wednesday, March 08, 2006
Dibujo Pastel N-19: Maria 25x30
El Silencio
María está sentada junto al lago en un momento inusual. Sobre ella se cierne el hilo de luz último del día abrazado a la noche tendida delante de ella como una capa infinita de oscuro. María ha sido muy feliz ese día como en otros días, pero ese día tal vez debía ser el último. Las noches siempre comenzaban como si fuera la última pero escapaban a ese presagio con ese hilo de luz primero del sol nuevo. Hoy, es como siempre, las aves se escapan a sus nidos, los árboles apagan su color sin abandonar sus copas agitadas, los animales se guarecen para descansar y otros salen a cazar dando otro ritmo a otra luz oscura, el aire se hiela y los enfermos se retraen en su febriles lechos hasta la ansiada recuperación. Todo esto es así pero dura para siempre porque así es este momento. María sabe que los ritmos se están alternando y que la quietud del lago no es más que un continúo que brota desde las profundidades siempre oscuras hacia el mar por túneles subterráneos, puede oír a los animales volviendo o saliendo ahora. La luna también parece quieta y su blancura opaca refleja sin dilación la misma blancura. Si, es como eran otras veces, como siempre hasta el hartazgo de sus ojos y ceden sus párpados, y se duerme sin saberlo mecida por los ciclos. De pronto, la despertó el Silencio y vió todo Eterno. Quienes siguen viendo el hilo último del día dicen conocerla por su rostro feliz y su mirada perdida.
Por Isabel Oriolo, dedicada a María